Su educación comienza en el colegio católico de monjas de Bagdad, a pesar de venir de una familia musulmana, aunque no practicante. En su familia el valor de la educación era algo muy importante, cosa que se refleja en su excelente formación. Empezó su atracción por la arquitectura a los 11 años, mientras observaba la construcción de la casa de su tía, cuando la arquitecta, amiga de la familia, le enseñaba los planos y maquetas.
Sus padres y hermanos siempre la apoyaron en su decisión, y a los 16 años se marchó de Irak para pasar 1 año en Suiza y otro en Beirut, donde se graduó en matemáticas en la Universidad Americana de Beirut, para acabar en Londres, donde estudió arquitectura en la Architectural Association. Tras su graduación trabajó en el estudio Office Metropolitan Architecture, con los que habían sido sus profesores. En Londres se introdujo en el mundo de la Jet Set rodeándose de lujo, glamour y gente rica haciendo vida nocturna y viviendo sin freno. Esto también fue importante para su carrera, ya que según Zaha, dentro de la arquitectura, tan importante es conocer el mundo de los pobres como el de los ricos, ya que son estos últimos los que más pueden favorecer económicamente los proyectos. Durante esta época de desenfreno, se hacia su propia ropa, y actualmente hasta ha diseñado bolsos para Louis Vuitton.
En los años 80 creó su propio estudio de arquitectura, en el que hoy en día trabajan 250 personas. Sus comienzos no fueron fáciles por un cúmulo de circunstancias como ser mujer, inmigrante árabe, querer ofrecer un cambio y romper con los esquemas de la arquitectura más conservadora y, sobre todo, ser ambiciosa en su trabajo. Su primer proyecto importante fue el diseño de unos espacios deportivos a varios niveles en Hong Kong, del cual ganó el concurso de proyecto, consistente en un rascacielos horizontal, aunque nunca fue construido debido a razones logísticas con la vuelta de Hong Kong a China. Antes de eso realizó algunos trabajos independientes como el diseño de un apartamento en Eaton, Londres, en el año 1979 que fue premiado con la medalla de oro dentro de la arquitectura en 1982. En esta época una fuente de inspiración fueron los motivos rusos y trabajó en el diseño de muebles de interior en Japón.
A lo largo de estos años ha conseguido ser la única mujer incluida dentro del Jet Set de la arquitectura, liderado por hombres, al igual que ha sido de las pocas mujeres que ha conseguido brillar con luz propia en este mundillo tras mostrar obras tan ambiciosas como la Estación de Bomberos Vitra (1993, Alemania), el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal (1998, Ohio), el Centro BMW (2005, Alemania), el Plan General de Zorrozaurre (2006, España), Pabellón Puente de la Exposición Internacional Zaragoza 2008.
Ésta es tan solo una muestra de sus numerosos trabajos, y a pesar de ser una arquitecta de renombre, reconoce tener ciertas dificultades para trabajar en su país de residencia, ya que según dice, en Inglaterra primero por ser árabe y segundo porque consideran sus obras excéntricas y demasiado innovadoras, rompiendo los límites de la arquitectura. Ha pasado momentos duros, ya que a pesar de ganar numerosos concursos de acreedores, no lograba construir la mayoría de sus obras, como por ejemplo la Ópera de Cardiff (Gales), episodio que califica como el más duro de su carrera.
Zaha Hadid también dice que ha tenido que sacrificarlo prácticamente todo para llegar a donde está, ya que su profesión es difícil de compaginar con lo demás. Ha demostrado se una mujer valiente y con un fuerte carácter, ya que lleva enfrentándose a los prejuicios durante años y a pesar de las dificultades ha conseguido ser una de las arquitectas más reconocidas mundialmente. Debería ser considerada un referente para la mujer moderna, sobre todo teniendo en cuenta su origen, ya que hoy en día en el mundo árabe la mujer ha quedado relegada a un segundo, o incluso tercer plano. Zaha lleva 27 años sin volver a Irak ya que no le queda familia cercana allí y desde la última vez que fue, en los años 80, es un país completamente diferente al que dejó atrás cuando se marchó siendo una adolescente.
En los años 80 creó su propio estudio de arquitectura, en el que hoy en día trabajan 250 personas. Sus comienzos no fueron fáciles por un cúmulo de circunstancias como ser mujer, inmigrante árabe, querer ofrecer un cambio y romper con los esquemas de la arquitectura más conservadora y, sobre todo, ser ambiciosa en su trabajo. Su primer proyecto importante fue el diseño de unos espacios deportivos a varios niveles en Hong Kong, del cual ganó el concurso de proyecto, consistente en un rascacielos horizontal, aunque nunca fue construido debido a razones logísticas con la vuelta de Hong Kong a China. Antes de eso realizó algunos trabajos independientes como el diseño de un apartamento en Eaton, Londres, en el año 1979 que fue premiado con la medalla de oro dentro de la arquitectura en 1982. En esta época una fuente de inspiración fueron los motivos rusos y trabajó en el diseño de muebles de interior en Japón.
A lo largo de estos años ha conseguido ser la única mujer incluida dentro del Jet Set de la arquitectura, liderado por hombres, al igual que ha sido de las pocas mujeres que ha conseguido brillar con luz propia en este mundillo tras mostrar obras tan ambiciosas como la Estación de Bomberos Vitra (1993, Alemania), el Centro de Arte Contemporáneo Rosenthal (1998, Ohio), el Centro BMW (2005, Alemania), el Plan General de Zorrozaurre (2006, España), Pabellón Puente de la Exposición Internacional Zaragoza 2008.
Ésta es tan solo una muestra de sus numerosos trabajos, y a pesar de ser una arquitecta de renombre, reconoce tener ciertas dificultades para trabajar en su país de residencia, ya que según dice, en Inglaterra primero por ser árabe y segundo porque consideran sus obras excéntricas y demasiado innovadoras, rompiendo los límites de la arquitectura. Ha pasado momentos duros, ya que a pesar de ganar numerosos concursos de acreedores, no lograba construir la mayoría de sus obras, como por ejemplo la Ópera de Cardiff (Gales), episodio que califica como el más duro de su carrera.
Zaha Hadid también dice que ha tenido que sacrificarlo prácticamente todo para llegar a donde está, ya que su profesión es difícil de compaginar con lo demás. Ha demostrado se una mujer valiente y con un fuerte carácter, ya que lleva enfrentándose a los prejuicios durante años y a pesar de las dificultades ha conseguido ser una de las arquitectas más reconocidas mundialmente. Debería ser considerada un referente para la mujer moderna, sobre todo teniendo en cuenta su origen, ya que hoy en día en el mundo árabe la mujer ha quedado relegada a un segundo, o incluso tercer plano. Zaha lleva 27 años sin volver a Irak ya que no le queda familia cercana allí y desde la última vez que fue, en los años 80, es un país completamente diferente al que dejó atrás cuando se marchó siendo una adolescente.
Desde luego esta mujer demuestra que luchar por un sueño requiere un esfuerzo, pero bien vale la pena viendo los logros que ha conseguido a lo largo de su carrera profesional. No hay peor barreras que las que nos creamos nosotros mismos.
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